De dos a tres años

En esta edad el niño incrementa considerablemente su vocabulario; mantiene por más tiempo su atención en las actividades que realiza; le produce placer ejecutar acciones motrices que involucren caminar, correr, trepar, lanzar, etc. Le gusta realizar juegos simbólicos, como ser bombero, policía, doctor, o bien que va en un avión o en un helicóptero.
 
Su sentido del tiempo se da a partir de hechos y acontecimientos personales; narra sus experiencias con fluidez. El niño amplía sus relaciones fuera del ámbito familiar, las cuales contribuyen a su adaptación a las diversas circunstancias a las que se enfrenta, en ellas tiene la oportunidad de experimentar y vivenciar sus posibilidades y limitaciones de convivencia con los otros.
 
Esta convivencia involucra la necesidad de tomar decisiones, las cuales contribuirán a la formación de su personalidad. Su desarrollo mental y motor guardan una estrecha relación, por lo cual es importante que se le proporcionen estímulos que contribuyan favorablemente a su desarrollo.